Una de las cosas buenas que nos trae el invierno es
la nieve en la montaña. Paisajes de cuento de hadas, un lujo para los amantes de la fotografía y también del esquí. Este
deporte está muy aconsejado para trabajar los músculos abdominales, glúteos y piernas. De hecho, es un gran anticelulítico. Pero
la nieve, tan blanca y silenciosa, tiene su lado "diabólico", especialmente cuando se alía con el sol. El frío inhibe el aviso térmico de nuestro cuerpo y no nos damos cuenta del daño que está causando a nuestra piel.
La
alta montaña puede provocar las lesiones más severas para la piel, más que las de playa en plena canícula. La
potente radiación UVA/UV/IR no perdona, daña el ADN de las células cutáneas y produce su envejecimiento acelerado. Al parecer, a mayor altura, crece la intensidad de la radiación ultravioleta. Además, el sol se refleja en la nieve, intensificando su potencia hasta un 80% frente al 10% del agua del mar o el 25% de la arena de playa.
Otro factor curioso pero no menos peligroso es la contaminación o la falta de ella en la alta montaña. En las grandes ciudades, las nubes y la contaminación filtran los rayos solares, rebajando su potencia. En cambio, en alta montaña, el cielo está limpio y el sol llega directo, con toda su potencia, sin filtros, sin moderación, a lo bestia.
A estas alturas del post, ya debes estar convencida de la necesidad de usar un fotoprotector solar para preservar uno de los bienes más queridos de nuestro cuerpo: la piel. Por si acaso, más datos: según la Academia Española de Dermatología, durante los meses de verano, la radiación predominante es la B (los UVB), que son las responsables de quemaduras solares y del cáncer de piel. En cambio,
en invierno se reducen para dejar paso a los rayos ultravioleta A (los UVA), que provocan el envejecimiento de la piel. Estos expertos recomiendan usar factores de protección 50+ en zonas de nieve.
Gracias a los continuos avances en materia de fotobiología,
SingulaDerm se ha centrado en el diseño de una nueva e inexistente generación de mecanismos de protección solar molecular a partir del estudio de dianas celulares fotobiológicas. Adentrándose en el campo de la fotodermatología, aprovecha el poder de los filtros fotodérmicos, para formular la línea
XpertSUN: fotoprotectores pensados para aumentar la protección celular y maximizando la seguridad frente al sol.